Tiramisú, queso y café ¿Qué más puedo pedir?

Cada vez que vamos a un restaurante italiano pido tiramisú de postre, y es que si hay algo que me gusta comer es el queso, de todas las variedades, y por otra parte soy adicta a la cafeína (en pequeñas dosis, no os preocupéis). Y como llega San Valentín, he escogido una receta dulce para sorprender a mi pareja y decirle que a pesar de los años le sigo queriendo, aunque a veces no sé muy bien porque (seguro que a vosotros también os pasa). Bueno solo o en compañía es un postre riquísimo. ¡Se me olvidaba! Aunque hay varias regiones que se disputan el origen del tiramisú, parece ser que podría ser originario del Véneto, la región a la que pertenece Venecia.

 

 

Ingredientes:

500 gr de queso mascarpone

1 brick de nata para montar

2 yemas de huevo

4 cucharadas soperas de azúcar

Bizcochos de soletilla

Café, licor amaretto, cacao en polvo

Elaboración:

En primer lugar montamos la nata con una cucharada de azúcar, una vez levantada la mezclamos con el queso mascarpone, las dos yemas de huevo y el resto del azúcar. Mezclamos lentamente y con movimientos envolventes para que no se escape el aire.

 

Una vez preparada la crema de queso procedemos a montar el postre, en la base ponemos bizcocho de soletilla y lo mojamos con café mezclado con amaretto (puedes poner otro licor de tu gusto) a partes iguales, no hay que dejar que dejar que se empape el bizcocho completamente de café para que así también absorba el sabor de la crema. Sobre los bizcochos ponemos una capa del queso batido y espolvoreamos con cacao (mejor cacao puro sin azúcar). Y repetimos este proceso otra vez, una capa de bizcochos emborrachados de café y licor, una capa de queso y espolvoreamos de cacao.

 

No puede ser más fácil, eso sí hay que dejarlo enfriar en la nevera un mínimo de 3 horas para que se mezclen los sabores, mejor si es de un día para otro. ¡Qué aproveche!