Google Tarjeta d embarque: Baklava

Baklava



En palestina el postre tradicional es siempre fruta de temporada, pero para acompañar al té o a un buen café se sirven dulces. De la ciudad de Nablus tiene mucha fama el Kenafeh, pero ya os mostré su variante Jordana, también es habitual poder degustar Baklava en cualquier pastelería, se trata de un pastelito común en todos los países árabes, y no solo árabes, también en Grecia es muy apreciado.

 


Ingredientes:
10 hojas grandes de pasta filo y mantequilla
1 taza de nueces, 1 de pistachos y 1 de almendras
2 cucharadas de azúcar moreno, canela y cardamomo
½ vaso de agua, 3 cucharadas de azúcar moreno y ½ taza de miel
Zumo de ½ limón, canela y clavos





Elaboración:
Este postre es fácil de elaborar pero tiene un poco de trabajo con la pasta filo, necesita mantequilla entre capa y capa y hay que trabajarla deprisa para que no se seque ya que son capas muy finas, por este motivo hay que tener todo preparado antes de empezar a montar el dulce.
En primer lugar se puede ir preparando el almíbar, en un cazo al fuego se pone el agua, el azúcar, la miel, el zumo de limón, la canela y los clavos de olor. Se deja cocer entre 5 y 10 minutos sin dejar de remover con la varilla.

 
En la picadora o en el mortero moleremos los frutos secos, una vez machacados los mezclaremos con el azúcar, la canela y el cardamomo (al que previamente habremos sacado de su vaina y molido).
Derretimos la mantequilla.
Untamos de mantequilla una fuente de horno y ponemos nuestra primera hoja de pasta filo (doblada por la mitad si son grandes, si son pequeñas habrá que poner el doble) y vamos cubriendo de mantequilla. Repetimos la operación con tres capas (dobles) más. Después pondremos la mitad del relleno encima y extendemos bien. Ponemos dos hojas más de filo dobladas por la mitad con su correspondiente mantequilla y echamos la otra mitad de los frutos secos aromatizados. Sobre estos colocamos el resto de pasta que nos queda, otras cuatro hojas dobladas por la mitad a las que iremos bañando de una en una.
Ponemos la fuente en el horno, previamente calentado a 200, durante 20 minutos primero y después otros 15 minutos más tapados con papel de plata para que no se queme la parte de arriba.
Pasado este tiempo, sacamos del horno, bañamos con el almíbar y espolvoreamos pistacho picado por encima. Dejamos enfriar. Al día siguiente estarán aún mejor.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario