Nuestro tren atravesó el puente de la libertad con destino a la estación de Santa Lucia en Venecia. Era un mes de septiembre de ni me acuerdo que año porque fuimos en interrail y de eso hace ya algún tiempo, dejamos las mochilas en la estación y nos pusimos a patear la ciudad.
Primer objetivo encontrar la plaza de San Marcos para lo cual tuvimos que atravesar toda Venecia, paseamos por sus puentes y hasta comimos alguna fruta que cogimos en el mercado de camino a la plaza. Mientras paseamos vimos variadas embarcaciones que circulaban por los canales, lo que más me llamó la atención fue ver a una ambulancia a toda velocidad por el gran canal, pero claro los venecianos se desplazan por la ciudad a través de sus aguas.
Para moverte por Venecia tienes por una parte el vaporetto, medio de transporte colectivo, y por otra parte las góndolas, reservadas sobre todo al transporte de turistas o para servicios especiales como bodas. Pero si lo que te gusta es perderte a tu aire, nada como pasear sin prisa por sus puentes y dejarte llevar por las zonas no tan turísticas para empaparte bien sus gentes y costumbres.
Finalmente llegamos a la Plaza de San Marcos ¡Espectacular! Se encuentra flanqueada por dos edificios conocidos como Procuradurías viejas y Procuradurías nuevas, cuyas fachadas son una continuidad de arcadas que dirigen tus ojos al mar y a las góndolas atracadas en el puerto.
Si te das la vuelta y miras a la plaza con el mar a tus espaldas la visión no desmerece de la anterior, aunque en este caso es la mano del hombre únicamente la que podrás admirar ya que tus ojos se verán desbordados con la visión de la fachada de la Basílica de San Marcos. En la plaza también podrás admirar el Campanile de ladrillo (se puede subir a contemplar Venecia desde las alturas) y el Palacio Ducal.
Imagen: Joanhlb
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