Risotto de setas

La primera vez que comí un risotto fue en un pequeño restaurante familiar y me quede tan impresionada con su cremosidad que lo he intentado una y otra vez hasta que he conseguido algo muy parecido.

Por supuesto el otro día pedimos un risotto de setas, pero el único sabor que destacaba era el de la pastilla de caldo con la que lo habían hecho, por eso lo he preparado en casa una vez más para devolvernos el recuerdo de aquel risotto.

En la mayoría de los casos cuando acabo de cocinar me pongo como una loca a sacar fotos y luego nos toca calentar de nuevo el plato para poder comérnoslo, pero el risotto es sagrado, hay que comérselo recién hecho, asique notareis en las fotos que conserva perfectamente la forma del molde en lugar de desmoronarse como debe hacer un arroz caldoso en su punto.

Ingredientes:

Arroz de grano redondo

Caldo vegetal

Champiñones blancos y portobello

Cebolleta

½ vaso de vino blanco

Queso parmesano

Crema de avena

Ajo y limón

Elaboración:

Ponemos a pochar la cebolleta picada fina en un par de cucharadas de aceite de oliva, cuando esté transparente añadimos los champiñones cortados y limpios, rociamos con unas gotas de limón, dejamos que se hagan un par de minutos y añadimos el arroz, le damos unas vueltas hasta que las puntas del arroz comiencen a estar transparentes, en ese momento añadimos el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol.

Junto a nuestra cacerola tendremos un cazo con el caldo que mantendremos calentito a fuego lento, iremos añadiendo un par de cazos al arroz y dejamos que se vaya evaporando, volvemos a añadir un par de cazos y removemos con cariño, así vamos añadiendo caldo al arroz hasta que esté a punto. Apagamos el fuego y añadimos un chorro de crema de avena (tradicionalmente se pone mantequilla, yo prefiero usar esta crema en lugar de nata o mantequilla porque queda más ligero) y removemos hasta integrar. Espolvoreamos con abundante queso parmesano y dejamos reposar un par de minutos. Servimos enseguida para que no se pase de punto.

Ahh se me olvidaba, cuando casi está a punto el arroz, salteo unos poquitos champiñones con un poco de ajo y unas gotas de limón y lo sirvo de acompañamiento para dar un toque más crujiente e intensificar el sabor del champiñón.