Leche vegetal de almendra y macadamia {Otoño}

¿Cómo es posible que detalles insignificantes puedan cambiar nuestro humor tan fácilmente? Salir al patio y ver que la lavanda ha vuelto a florecer me ha tenido feliz durante días, me parece maravilloso este otoño tardío que nos regala flores con facilidad. Y no solo ha sido la lavanda, esta semana las flores que alegran mi cocina son margaritas silvestres ¿se puede pedir más? Sí, se puede pero el que no se alegra es porque no quiere ;P

Como cada año por estas fechas he salido a capturar el inicio del otoño ¿os acordáis del año pasado? Como ha cambiado el peque, el año pasado buscábamos castañas por el parque, este año almendras, entonces nos abrigábamos y hoy vamos en manga corta, o no, parece que va a llover, se nota que es otoño...

Y ahora volvamos a la cocina, el otro día os decía que ya tengo entregado el reportaje para la revista Kireei, “Slow” o la lentitud es el hilo conductor del próximo número y en casa si hay una comida que asocio a la tranquilidad es el desayuno y eso es lo que he preparado, un desayuno completo y en él incluyo un tipo de leche vegetal, no es la misma que traigo hoy, entre otras muchas delicias. Por eso pensé en preparar otra receta de leche vegetal para hablaros de la revista, pero ya no os cuento más, tendréis que leerla para saber el resto. Leches vegetales hay muchas pero para preparar en casa, sin duda, las de frutos secos son las más sencillas.

El otro día os preparé unas empanadillas de frutos secos y frutos del bosque, se trataba de una receta de aprovechamiento, una vez triturada la leche vegetal se puede dejar tal cual, como os indicaba aquí, o se puede colar y utilizar el resto de los frutos secos para otra receta.

Leche de almendras y macadamia

100 gr de frutos secos (almendras y nueces de macadamia)

½ litro de agua

Elaboración:

Dejamos en remojo durante 8 horas, (los frutos secos deberían ser crudos, pelados o no), una vez pasado este tiempo sustituimos el agua del remojo por ½ litro de agua limpia, ponemos todo en la batidora y trituramos hasta que quede fino. Colamos con la ayuda de un trapo de algodón, escurrimos bien y guardamos en la nevera. No me gusta dejarla más de dos o tres días, por eso prefiero preparar poca cantidad más a menudo. Y acordaros que podéis aprovechar en otras recetas el poso de frutos secos.

Feliz fin de semana ♥