Lawrence de arabia, militar y arqueólogo británico no estuvo precisamente de turismo por Jordania, fue en Wadi Rum donde, junto al príncipe Faisal Bin Hussein, plantó cara a los otomanos durante la revolución árabe en la primera guerra mundial, pero yo no puedo evitar el recuerdo que quedó en mi memoria tras la película, Lawrence de arabia a caballo sobre una duna del desierto de Wadi Rum.
Este desierto también es conocido como “El valle de la luna”, sus atardeceres son impresionantes, el sol va tiñendo de fuego todo el paisaje, creo que sería una lástima perderse este espectáculo, después podríamos pasar la noche en una tienda con los beduinos. Pero a los que no les seduzca esta idea siempre pueden contratar una excursión de un día, en 4x4 o a camello. En cualquier caso, no te puedes perder el puente de piedra de Burdah, el más alto en Wadi Rum, o los Siete pilares de la sabiduría o muchos otros lugares interesantes. La excursión en coche puede emplear un día entero. Si se va en camello un día y una noche. Tú decides.
Si te has decidido por la excursión diurna ¿Qué tal si nos vamos a descansar al mar muerto? Se encuentra a 400m por debajo del nivel del mar y es el destino final de innumerables ríos, entre ellos el rio Jordán, ya sabéis, donde ocurrió aquella famosa historia de Juan el bautista y Jesús de Nazaret. Cuando el agua llega aquí ya no tiene más escapatoria que la evaporación, lo que explica la salinidad de sus aguas y el porqué de que flotemos con tanta facilidad en el mar muerto, lo que me recuerda otro capítulo de las memorias del hombre de Nazaret.
El rey Herodes y la maravillosa Cleopatra disfrutaron de sus aguas y de los beneficios de los baños de lodo ¿no vamos a ser menos? ¿No?
Imagen: Amerune
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