Viajar con niños en avión

Hoy es el primer cumpleaños de Abel, el canijo de la casa, y para celebrarlo esta semana hablaremos de viajar con niños, escogeremos un destino familiar y cocinaremos una receta en la que puedan participar.

Cuando nos planteamos un viaje en familia normalmente evitamos buscar destinos con avión, cuando realmente son más cómodos para viajar con niños que el coche, en primer lugar porque no lo hacen todos los días. Este verano viajamos con los peques a Tenerife y desde el momento en que llegamos Adán (de cinco años) no paró de preguntar que cuando regresábamos porque quería volver a subir al avión, y eso que son sus terceras vacaciones pasadas por la aviación.

Creo recordar que en todas las ocasiones hemos volado con la misma compañía y siempre les obsequian con un recortable y un babero de comandante de la aeronave (si el niño tiene edad de usarlo). En cuanto a las facilidades con la silla de paseo hemos ido mejorando con el tiempo, con Adán nos dejaron llevarla hasta la cabina, allí nos la requisaron y al aterrizar la recogimos en la cinta de las maletas, sin embargo con Abel al aterrizar nos la subieron a la puerta de la cabina tras aterrizar.

Otra duda que nos surgió es que documentación debes llevar para volar con niños y esto depende de la compañía aérea, las hay que les vale con la tuya y el libro de familia (en caso de vuelos nacionales) y otras que te piden DNI o pasaporte del niño aunque el vuelo sea en la península. Esta es una cuestión que debes resolver llamando a tu compañía con tiempo suficiente para poder hacerles la documentación en caso de ser necesaria.

También me surgieron dudas en cuanto a los líquidos que puedes subir al avión, ya que cuando viajas con bebes tienes que llevar leche, agua y potitos, esta me la resolvieron llamando a Aena, cuando viajas con bebes te permiten llevar los líquidos que necesites para ellos. Los pones en envases individuales, los metes en una bolsa y los enseñas en el control. Intenta que los envases y la bolsa sean transparentes para que puedan ver lo que contienen.

La experiencia es muy positiva, las azafatas son amables con los niños, ellos están encantados volando sobre las nubes que parecen de algodón de azúcar y los papas felices y relajados.