Paté de alcachofas y pan plano de calabaza

Las alcachofas no son precisamente una de  mis verduras favoritas, su textura fibrosa hace que la utilice poco en mi cocina. Este invierno tuve que prepararlas al limón para hacer unas fotos, una vez acabada la sesión probé a triturarlas y resultó un paté bien rico. Hoy las he combinado con un poco de tahini y me han gustado aun más ¿te apetece probarlo?

Para acompañar al  paté he preparado un pan de calabaza, no iba a ser plano pero intenté prepararlo con masa madre deshidratada sin hidratarla previamente y mejora el sabor de la harina pero no leva el pan. Después de preparar la biga el día antes, preparar la masa al día siguiente, dejar que levase, más tiempo de levado y nada, ni una burbuja… Mi primer impulso fue tirar la masa a la basura pero me parecía una barbaridad desperdiciar tanta harina asíque decidí hacer panes planos, he adaptado la receta para ello.

Últimamente me ha dado por aprender a hacer pan, en casa nos encanta pero el no tener máquina para amasar siempre ha hecho que me lo pensara. Las culpables de este empeño repentino son unas maravillosas harinas molidas en piedra que he recibido, el aroma que desprenden te hacen pensar en pan nada más abrir el saco. Pero este tipo de harinas se estropean antes, es conveniente mantenerlas frescas y si añadimos que el verano pasado unas malvadas polillas acabaron con todas mis harinas ecológicas comprenderéis que si o si tenía que aprender para darles uso antes de que llegue el verano. Ya os comenté el otro día que tengo el libro de Ibán Yarza, en él no se menciona la amasadora en ninguna de las recetas que he leído y os puedo asegurar que siguiendo sus consejos el amasado en una tarea mucho más sencilla de lo que jamás hubiera pensado. Ufff no me enrollo más, os dejo con las recetas =)

Paté de alcachofas

4 alcachofas

1 limón eco

1 diente de ajo pequeño

1 cucharada de tahini

1 cucharada de aceite de oliva

Perejil

Elaboración:

Rallamos la piel del limón, reservamos. Limpiamos las alcachofas quitando las hojas exteriores hasta llegar a las blancas y tiernas, cortamos por la mitad y sacamos la pelusilla del centro, las sumergimos rápidamente en agua con el zumo del limón. Ponemos agua a hervir en una cacerola, incorporamos las alcachofas con el agua de limón y unas hojas de perejil, cocemos hasta que estén tiernas (media hora aproximadamente). Con el limón y el perejil evitamos la oxidación de las alcachofas aunque afecta a su sabor, en nuestro caso queremos incorporar el sabor del limón a la receta. Una vez cocidas las ponemos (escurridas) en el vaso de la batidora junto a la ralladura del limón, el tahini, el ajo y el aceite de oliva, trituramos hasta que quede una textura cremosa, si necesitáis algo de líquido podéis utilizar el agua de cocción.

Pan plano de calabaza

500 gr de harina integral de espelta

325 gr de agua

150 gr de puré de calabaza asada

10 gr de sal

Comino, pimienta y nuez moscada

Semillas de calabaza

1-2 gr de levadura fresca (opcional)

Elaboración:

Los panes planos no necesitan levadura ni tiempos de levado pero incorporar un poco de levadura o masa madre deshidratada (como hice yo) cambiará ligeramente el sabor, si optamos por incorporarla prepararemos la masa por la noche y la guardaremos en la nevera hasta que vayamos a usarla al día siguiente.

Mezclamos la harina, el agua, el puré de calabaza y la pizca de levadura, dejamos reposar 15-20 minutos. Transcurrido este primer reposo procedemos a amasar, se trata de una masa con alta hidratación ya que aparte del agua hemos incorporado más humedad con el puré de calabaza, por lo que amasar sobre la mesa puede resultar bastante pegajoso por ello procederemos a amasar dentro del bol,  estiraremos de la masa y doblaremos sobre si misma, giramos el bol un cuarto, estiramos y plegamos, repetimos esta operación  durante un minuto más o menos, dejamos reposar la masa 5-10 minutos. Repetimos otra tanda de plegado de la masa en el bol, dejamos reposar. Otra tanda de plegados y reposo. Incorporamos la sal, las especias y las semillas y hacemos una última tanda de plegados, notaremos que la masa aunque sigue siendo muy humedad tiene una textura más lisa y homogénea. Tapamos con film de cocina y guardamos en la nevera hasta el día siguiente.

Cuando vayamos a cocinarla la sacamos del frigorífico. Ponemos el horno a precalentarse a 200º. Esparcimos harina sobre la mesa y volcamos nuestra masa sobre ella, la dividimos en 10-12 porciones, salpicamos de nuevo con un poco de  harina y boleamos (damos forma redonda)  las porciones. Damos forma a cada pan dándoles vueltas entre los dedos, con la masa levantada de la mesa para que la gravedad nos ayude a estirarlas, las vamos dejando sobre papel de hornear. Las vamos poniendo en la bandeja del horno por tandas (estará caliente porque la teníamos dentro del horno), en 10 minutos estarán listos, a mitad de cocción le damos la vuelta, según los vamos sacando los ponemos juntos dentro de un paño para que se mantengan calientes.

Si te parece mucha cantidad simplemente divide las cantidades por la mitad para obtener 5-6 panecillos planos.

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