Coles de bruselas con tomates caramelizados {De vuelta a la rutina}

Poco a poco todo vuelve a la rutina, Adán ya ha vuelto al cole (no muy contento precisamente) y nuestras cocinas van recobrando la normalidad, para comenzar la semana ¿Qué tal un plato de verduras?

Llevo algo más de un mes con ganas de cocinar unas coles de bruselas, son de ese tipo de verduras que solo se pueden consumir en temporada, pero en vísperas de navidad no me apetecía mucho, ahora que ya han pasado las fiestas me parece el momento perfecto para hacerlo.

Siempre me han parecido muy graciosos estos repollos en versión mini pero no me atraían demasiado porque tienen un sabor un poco amargo, por eso he buscado una manera de suavizar su sabor añadiendo un toque acido al plato, espero que os gusten.

Os dejo unas imágenes de la mañana más bonita de todas las navidades. La verdad es que yo recibí el primer regalo la tarde anterior, antes de irnos a ver la cabalgata de reyes encontré un sobre en el buzón con la revista Kireei, regalo de una amiga, la verdad es que los reyes se han portado como unos auténticos reyes.

Coles de bruselas con tomates caramelizados

Ingredientes para 3 personas:
500 gr de coles de bruselas
1 cebolla tierna
1 vaso de vino blanco (yo utilicé sake)
½ litro de agua o caldo de verduras
12 tomates cherry
1 chorrito de vinagre de Módena
Una pizca de sal, de azúcar y Aceite de oliva.

Elaboración:

En una cacerola ponemos una cucharada de aceite de oliva y pochamos a fuego lento la cebolla tierna, cuando esté transparente añadimos las coles de bruselas partidas por la mitad las más grandes y enteras las pequeñas, las rehogamos un poco, en cuanto se doren un poquitín añadimos el vino blanco, dejamos que se evapore el alcohol y añadimos el agua o caldo, cocemos hasta que estén a nuestro gusto y escurrimos el exceso de caldo.
Mientras en una sartén ponemos un poco de aceite de oliva y salteamos los tomates cherry cortados por la mitad, los sazonamos con una pizca de azúcar y otra de sal, los doramos unos minutos y añadimos el vinagre, no hace falta mucho, solo se trata de dar un toque ácido. Los retiramos del fuego y los añadimos a la cacerola de las coles, les damos una vuelta para que se integren bien los sabores y servimos bien calentitas.